Fin de año, corro por todos lados y a toda hora. De cierta manera siento que este año en particular mi espíritu navideño está bien apagado. Quizás Pedro Engel me advirtió el año pasado acerca del año del Mono, o quizás estamos todos un poco más estresados, pero la realidad es que entre tantos «eventos» que nos han dado dolor de cabeza, susto, miedo, rabia, sorpresas, algunas actividades diarias se tornaron mensuales (aló, ¿publicaciones en el blog?)