Cada vez que tengo tiempo para hacer una comida un poco más elaborada, me gusta preparar tartas. Trato siempre de hacerlas integrales porque el valor nutricional es mayor y además saben mejor. Lo genial de esta receta es que no necesariamente debe hacerse como tal, sino que también pueden hacerse ¡empanadas! Cosa más rica y fácil…
Esta es una receta que amamos en casa. Rica, versátil, fácil de hacer y 100% hecha en casa.
A mis peques les encanta para untar con verduras, a veces directo con el dedo, también en un pan tostado o para darle un toque rico a las ensaladas, incluso ya son capaces de prepararlo si yo les paso los ingredientes. ¿Que acaso un niño de 3 años podría hacerlo? Oh si, así de fácil es. Lo único que necesitas es una minipimer para que todo fluya y se transforme en tu dip favorito.
Cuando era más chica, era adicta a la Sopa Paraguaya, ¡la única sopa sólida que conozco! Es que el sabor es irresistible…esa mezcla de harina de maíz con queso ya hace que salive, y la verdad es que es un plato que me sigue fascinando y soy muy feliz de traspasarle un poco de esta cultura a mis hijas.
He probado muchas recetas antes de llegar a esta. Las anteriores no me convencían porque quedaban muy blandas, o muy secas.
Al fin encontré un punto de todo mi gusto: húmedo, suave pero firme a la vez y con suficiente queso para saborearlo pero no tanto para que se desparrame.
Todas las semanas El Negrito me trae las verduras directo de La Vega, y a veces son tan gigantes que tengo que preparar muchas cosas para que no se aburran de comer lo mismo en casa.
Esta vez compré Brócoli y era ENORME. Así que aparte de preparar los nuggets de pollo con brócoli que nos gustan tanto, hice unos snack súper ricos y sanos con quínoa. ¿El resultado? ¡Sigue leyendo para verlo!
Al fin tenemos clima otoñal y con esto nos dan ganas de comer unas ricas albóndigas. Pueden ser servidas con espagueti, arroz, quínoa, etc. Son fáciles de preparar y no necesitamos muchos ingredientes para que queden sabrosas.
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